ECLIPSE LUNAR EN PISCIS

¿Qué peces habitarán lo más profundo del mar? ¿Qué encontraremos si es que algún día llegamos a conocer lo que guarda y se esconde en lo más profundo de las aguas de este planeta? Si me preguntas, yo creo que nunca llegaremos a conocerlo, así como nunca podremos detener el recorrido del agua de vuelta a la Fuente, a la mar. Ojalá que no. Me gusta pensar en que existen misterios terrenales, partes intocables por el humano. Espacios llenos de vida, de memoria, de recuerdos de este planeta, que nunca podremos saber. Porque me gusta creer en el misterio. Porque quiero creer que el misterio es divino. Porque la naturaleza es misteriosa. 

Yo creo que la naturaleza es Dios y Dios está en la naturaleza. Y por lo tanto Dios es misteriosa. 

Piscis es la trascendencia, cuando dejamos el ego y recordamos que somos alma. Cuando somos la energía del amor condicional. Todo amor es incondicional. ¿Y qué es el amor?. Si tengo que ponerlo en palabras, hace poco se me cruzó lo que dice el biólogo chileno Humberto Maturana sobre lo que es el amor:

"Amor es dejar aparecer. Ver al otro como un legítimo otro.  El fundamento del respeto es el hecho de amar, dejar que el otro aparezca en su legitimidad frente a uno."

Se dice que en el océano es donde comienza lo que conocemos como vida. 

Por lo tanto, toda agua se relaciona con la muerte. Porque para elegir la vida, aceptamos la muerte. Y Piscis nos enseña a siempre elegir la vida. Y para elegir la vida, hay que abrirnos al sentir. Estar viva es sentirlo todo. Todo lo bonito, todo lo triste, todo lo confuso, todo lo doloroso. Todo. Todo eso que no se puede poner en palabras. 

Permitir aparecer. Amar. 

El eclipse puede sombrear las partes que nos bloquean para sentir más amor. Es momento de dejar que esas aguas del océano se queden con esa memoria. No al escapar, ignorarlas o reprimirlas, sino dándoles amor, reconocimiento, legitimidad. Amar es reconocer nuestra vulnerabilidad sin quedarnos en la victimización. El agua odia estar estancada. Sentir para dejar fluir esas aguas. Así el agua fluye y genera vida. Estoy hablando de permitir sentir los bloqueos que pueden ser dolores, rencores, heridas que aún no sanan desde nuestros ancestros más lejanos. Piscis es la guardiana de la memoria de nuestra gestación. Todo lo que hemos sentido que guardamos en el inconsciente. 

A la luz de esta Luna, la va a tapar el Sol en Virgo. La sombra de la Tierra nos va a mostrar a sentir el suelo bajo nuestros pies y traernos de vuelta a la realidad. El eclipse revelará los hábitos que impiden que elijas la vida en el día a día. Si el amor es incondicional, ¿cómo se ve en la práctica, en el día a día?  Virgo nos invita a explorarlo. Checar hábitos corporales, conductas, pequeñas elecciones del día a día que se hacen desde el escapismo, la idealización y el complejo de salvar a todos menos a ti misma. Algunos sueños podrán romperse bajo la bella manita de la Virgen para decirnos, esos sueños tienen que bajar al mundo para hacerse reales. Tienes que bajar ese sueño a la cotidianidad. Para los que nos encanta fantasear y vivir en la imaginación como a mí, significa ser locamente disciplinada y crear una rutina que me guste. Si me amo tanto, me entrego este regalo de la disciplina. 

Esa es la práctica espiritual real para mí ahora. Soltar qué hábitos no le hacen bien a mi cuerpo. Mejorar en cómo puedo cuidarme más, como tener una vida más sana y cómo puedo darle orden a mi caos. Si quiero vivir mis sueños, debo tomar decisiones prácticas y tangibles a mis fantasías. 

La temporada de eclipses son portales de transformación. 

Aceleradores. Los opuestos se encuentran en los nodos, los puntos en el espacio donde la Luna cruza la elíptica de la Tierra. Y crean una danza de luz y sombra. 

Así es la danza del cosmos y nos toca bailar según nuestros sueños y fantasías vividos aquí en el día a día en la Tierra.